De Parvati, en su evocación, la noche sin Shivá

me acuerdo: un momento, fue en la oscuridad, de ensoñar bocabajo, deslizándome entre las olas sin las horas, sobre minutos, hasta media noche. me acuerdo de pensar, que iba aprendiendo a viajar, en avión hacia una noche, hacia una noche de la oscuridad junto a ti participe. Yo viajaba, ya no a ensoñar, ya no a reconocer estados, ni a percibir tosco tul, sólo a soñar, o sea que yo pretendía perder la consciencia o que en globo, azules tú y yo, hiciéramos subir de un salto, en su particular materia, la materia de caída de un cuerpo durmiente e inerte. me acuerdo, cómo ya no era el mío, tan solo, tan solo el cuerpo de alguien mío, como soy yo, sino el de alguien más, aliviado, preparado mi extremo, ya a perecer su declive. Y yo: ya siempre viajo de viaje, que soy tu otredad, viaje conmigo, sin mí o sinmigo, pero allá en ese pasado viví, sin aprender a ser cuerpo sostuve el paso, y de mí yo ya sin ser cuerpo, o de mí pesarme, y no notar ser tan poco, y aprender a ser menos, querer unirme, sin cuerpo unirme sin materia sin mineral entrar. Comprender. Nunca haber un mí, pensar. Nacer sin mí, nacer sin un vientre sin mí, nacer dormido sin él. Ser uno sin tener tos. Hoy notar: esa noche, nacer dormido con frío entre pares, mis ojos, nacer dormidos cuarenta dedos, sostenidas dos manos, suavemente apretados nudillos. Ya sin interesarme en el ser, observé otras dos lunetas acariciando tierras medinas bajo la alfombra, cuando entramos sosteniendo el mandado de cheedar, o dirías entre brie, de un tono casi miel, casi avena, o caqui azul militar o lenteja producto del moho, pero ya de eso no me acuerdo. Otro tono, el de la licuadora, el del cuchillo, laminitas ray, cocacola soplada, el viento mueca, sanduiches, comida gratis de starbucks. Y yo dormía, ese cuerpo tibio dormía una extremidad de sí. O yo dormía, durmiendo ese, tu propio techo, las escaleras. entre durmiendo, un vaivén justo al final del ensueño, yo así dormía, así sensualizando el cuerpx, para ver si me daba con esa parte él, o con esa parte ella, ubicando entre el sótano y la buhardilla, manos delante del brazo acariciendo roja florecita azul, temiendo despavoridamente luz, como quema a su tiempo, ese tiempo del sueño aquella noche, como un calor de antaño,vaciado, batido, como el océano el batido, como un pulmón de la mente respira, así el momento, el tiempo en el sueño batíase, el océano de leche era sueño batido era leche. Así como un sueño, a futuro el ensueño se concebía, ese momento oportuno, como de nube pasajera.

Comentarios

Entradas populares