Nocturno junto a ti

A Dayebi

"Es la gravedad, hundiendo su peso, este amor.
Actos pensares, de símil encuentro,
en curso hacia abajo sumergen nardos y palabras no habladas se imaginan,
cosas y palabras abrigan,
que pierden al junco-recuerdo,
enterrado bajo playas, entre los rizos de grueso u oscuro prado, o tu cabello.

Sobre extensión del cuerpo o (recuerdo)
ensueñan y sueñan (y aparentemente luego,
la imagen bifurca se calla su alba, hasta la mañana más tierna,
encobijada y risueña, -expresa- un masculino sol y viceversa,
su no contrario ni opuesto, el femenino,
como el silencio y la silenciosa noche,
así diametralmente expuesta te imagina.

Es ese mundo fundido en que te encuentro).

Pero hasta abajo está, enredado en pastel de luna,
bálsamo ese encuentro en sacristía ubicada, cuando me abrazas.
Curso es de un viaje, la cuna (hoy la cama, de nuestro ensueño-sueño enriado,
que es enredo fortuito y vívido camino, como escalón de piernas morenas
(entre tú y yo).

Sobre estrellas avispan, floreadas las hojas y ramas del andrógino árbol,
que son brazos y troncos, haciendo crecer endrino,
de amor florecen azules, purpúreas/amarillezcas las calderas y el espejo con ojos,
tuyos sobre mí y tibios lunares de mi abrazo,
para ti, hoy que es día,
que es hoy ya la noche,
para adormecer y hacer descansar, súbitamente,
la imagen de la velada alma una, en el seno de su sueño".