Yo soy fondo y forma

Nada es permanente;
yo mismo
soy el cuerpo
de la realidad entera.

Cuando termino,
me disloco,
discurso biplano.

El ópalo de cantos hacer derramar
-pido-
si al calcular a ciegas la proporción de un rostro
hace construir mi voz sin palabras,
con mi vocero que hago hablar,
el vocero-labio derrama-finita-materia
en murmuro de un mundo, biplano.

Todos los cielos son dos extensiones varias,
dos tripartitas áreas
donde pensar el llanto,
¿imaginas?

Sumir la mirada,
concentrar los artificios descubiertos ante a ti,
atisbada el alba,
(eso es)
la contemplación y discurrir sus salas.

Abanicar el tacto,
el cielo a su aire cortar,
reconocer azules espejos biplanos.
Bañado de oro el reflejo,
azul las pestañas,
y ese trémolo rosado que visten,
calcinadas mantas se duchan en mi piel a su tacto,
abanicado.

Como el concierto de primavera y la obertura,
con el mismo y original soplo
las coronas de luz solares
reflejándose
en tremebundo sueño.