05/05/20

He pensado en morir constantemente, desde aquella ocasión. Pensé, cerrando los ojos: este taxi va a volcarse ahora. Empalidicendo una luz su aura, B. me miró y no quiso advertirlo, preocupado. Yo, pensando, terminé por divagar hasta ensoñar e imaginando alguna otra cosa (una estátua dorada, igualmente pálida y algún helecho frío aromático remebrando su estallar), decidí fortalecer ese aborigen de dos ideas que el puño epifánico galopó. Nunca antes desee sinceramente morir. Acostumbrado estaba a la atemporal esencia de mi nombre; ojos míos atípicamente rechazaban la imagen. Nunca antes, ese, como germen, salto de lágrima al núcleo de la tierra por gravedad inefable, golpeando figurativamente mi rostro, procuró ser tan fuerte. No importa hoy nada (produce mi voz); pensar en morir es menos común ciertos días. Algunas veces, simplemente, sólo nada importa mucho. Sólo nada importa mucho. La vida es cierta sentencia de azul aura sobre incolora o débil luz pálida.

Comentarios

Entradas populares