Ensoñación hacia el futuro feliz y la muerte

Desfile sobre lentejas, luces neón, aroma afrutado menguante, cochera futura cupo del auto, azul motor oscuro; sal en repisa, hongos destilándose, paprica, coñac, agua ardiente, pisto, hegel por fin descompuesto, cóctel de camarones, azucareros dismorfos, perritos haciendo cosas, caricaturas bélicas,

vasos de cerámica,

brillo en el papel,

puntos de articulación destensados,

avenidas asoleadas y nuestras piernas estirándose,

caminatas prolongadas, ascensos opuestos de temperatura.

Calentura, ibuprofeno, desdicha, karma, absolución, aministía,

decir buenas noches, apagar la conexión bulbosa con que mi pared penetra a internet,

su luz en la linterna descompuesta, nuestros pies descalzos, en el parque descalzos

rumbo a un bote. Luego tomates, repetidas, grandes gracias; grandes patios dentro de patios 

en búsqueda por sueños

de numerosas gamas del dorado crepuscular, como un estudio a la luna llena encaminando imágenes prístinas semejantes al hueso, como huellas. 


Por encima, tierra hubo cuando conservó la vida el mundo.

Por debajo, los huesos ya espantados hacia un manto avecinaban.

Sobre ello, pienso yo: Tiempo, como despertando, está maldito porque nadie piensa fuera-en-sí de él.

Como despertando, así creo, cada vida renace nueva para poblar cimas, angustias y paja. Bronce, barro, oro, imaginarlos lamiendo su inicio, asombrarse dormido, ver de nuevo envejecer la hiedra, trastocar velas tibias, besar árboles escondidos, despertar junto a tu nombre, heredarte todas

las más delicadas palabras,

como: ven, acércate que te miro o aléjate que te aprecio,

y sobre desiertos en la tempestad voltearse a ver a los ojos dentro del mar. 

Saber otorgar la mano, embellecer traspatio, al zahuán obsequiar

porquerías y morir. 



Comentarios

Entradas populares