Te irás, aunque saber aguardar es un secreto...

Pero decir adiós es colmar el mundo 

de alientos contenidos,

respirar acelerado,  

viendo de frente la longitud:

aviones,

nubes acuáticas,

marrón,

morado, rosa,

colúmpios,

suéter-osito,

páramo,

cucharas y piojitos. 


Como bosque de océanos

predichos,

como lagos negros de olores, 

como tu cuello terso sobre tapiz

o tu cabello enredado y tendido golpeando el aire, 

yo así sabía que la desdicha

era besar mil torrentes 

en el manantial lluvioso,

sin sueño,

aunque para ambos, la noche.


¿Qué iguala a varios días

tendidxs sobre nuestra manta?

Estás a punto de dormir,

cuando candelas 

en la oscuridad temen,

sin cometa a donde volar,

cerrar sus ojos. 


Decir adiós es colmar el mundo

de olas, para siempre, y tu mano encendida conmigo...

¿Cómo una nube duerme sobre estos, mis ojos...

y cómo recordaré tu abrigo

sin olvidar para siempre 

cuando me abrazabas

en la tarde? 


¿Cómo soñar la misma calidez?

Me arropo con mis recuerdos,

dando último vistazo a la orilla

antes de caer al sueño

y pienso,


tu nombre guarda

el único azul. 





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