Vómito

al nacer,

eran en el mar todos los recuerdos

grises,

como un atardecer nublado 

al final de la tormenta


y su oscuridad,

débil inicio, lamía vaivén en marea.


Luego

pasó tiempo. Lo que hemos dicho de las palabras

no es más que vómito. Al indigesto

mundo vanal dimos forma. 

La lengua es un trapo maltrecho

enmendándose el uso y cortando su lengua para cubrir

otros órganos. 


Si tomo para siempre 

filos esta noche pasmada al final,

encontraré un baño adecuado

donde ordenar mi esfinter,

y me destruiré

porque ya dije demasiado. 



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