Abril en la pradera
Poema al mes de abril
Abril en la pradera,
duerme
donde es filo,
último que agrieta de sol
y encaja suspendido. Por
tarde,
desde sus cavernas rojas, más hondo
y tan lívido oleaje vierte, aluza
tan abajo que se pierde
hojuleas o sangre de cometa.
Prístina luz derrama
sobre estelas en el pasto.
Abril, azul prado intacto.
Dos manos aladas vacilan
un risco, saltando sin
gravedad a las estrellas.
Por abril, el cuerpo llevo
inhabitado, desdeñoso hambriento sin devenir
existiendo improbable, sólo suspenso
al manto y enfermedad en él de
pérdidas, lamentaciones. Me crece
blanca pus que hace daño;
se pudre
de mis ríos. Desliza, la otra
orilla, en recuerdos
lapidantes,
en mí bahía que extiende.
Se ríe esta noche
clara, el fuego en el ángel
del astro, sol azul...
Hoy sueño cánticos, bebo mi grito,
mi duelo profundo,
llamado marzo. Puesto un pie,
columpiando en declive,
hacia el final del día, todo año termina.
Abril, alto peñasco
verdugo. Desde un sol
salvan testimonio,
las heridas.
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