Pronto desvanecido, el recuerdo se pudre
Subo al gran columpio
viejo.
Soy tan pequeño.
Esto es un recuerdo
mínimo, texturizado,
del amarillo.
Era un parque diminuto.
Tan sólo dos palmas. El día tibio
a la espera de purpúrea
tarde, por luna menguante
asomando, tímida, el monocromo
ojo gris.
Enterrado de pequeño,
áureo tobogán diviso.
No puedo evitar
resbalar. Como
dormir, tocarse y hacer
correr el viento,
o sin despedirse,
crecer, escuchar
hasta morir la nada es irreductible__ inclinación___________________________________________________________________________el placer / asco / odio,
caótica y paralela
haz, que hacen
acomodándose los días,
uno tras otro.
Resbalar
no se evita.
De niñx,
parques enderezaba
tan sólo al percatar
ardillas, troncos
abollados con rostros
que gritan
voces.
El detalle
inmenso:
encuentro
de lo opúsculo.
Voila!
Se extingue en lugar
secreto esta experiencia
para siempre, con sabor
sudoroso sobre la cortina
que es mayo. Esa niñez descrita
me trasciende. Pienso
sobretodo, cuán
inmenso el
pasado socorría
ya entonces
caricias o lamentos.
Supe muy pronto
dónde admitir sueño
ajeno, concatenar
realidades inventadas;
se me dijo, eh tú,
cúbrete pronto, habrás
de morir. Y aquí
me ves, no
tan noche,
recordándote
el sueño pronto
desvanecido, un recuerdo
que se pudre.
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