Nettnett
y, llegando a la esquina, pisamos los escalones que suben otrxs de la mañana.
Nosotros íbamos en el grupo "B",
de burrxs. Ahora me ofreces tu cigarrera,
desprendo esa hoja muerta,
hacemos que fumen lxs amixes,
ofrecen whisky
también ginebra
parece un abanico la luz de esta noche.
Fue en una luz distinta, que nos conocimos.
Yo iba caminando por el Pasaje,
a morirme de cáncer y fumar frente al casino Caliente,
sentado en cabeza Olmeca. Ahí estabas tú, llegando,
tenías frío pero un pulóver bonito, como tú conoces___tan bien__
combinar el amarillo.
Nos fuimos comprando con la mirada, el paso de mil hombres sin dientes.
Desfilando mis rodillas que recrujen
llegamos a las mismas escaleras, que subimos, pero ahora
fumamos mota crónic, del valle, estamos vigilando la noche. No nos dormimos pronto. Tenemos el sonido, la risa, la absorción,
la locura y el disparo. A lado también está un oxxo,
24 horas nos abre, dicen, se oferta producto avon
de catálogo. Sólo clientes selectos.
Nos ofrecen los brazos, tienen ganas de cantar contigo. Mírame,
en realidad cantas preciosx: norteño y Rocío Durcal.
En realidad estás comprando conmigo las Miller y los pistaches.
Me gusta llegar cuando vuelve H. y amo imaginar junto a Niño Cítrico.
Están las nubes muy cerca de su noche, muy por debajo del sueño.
Muy por debajo se escucha Ela Minus, que crece crece
en sonido, y al rato,
después, ya nada más su voz ocupa el espacio
pequeño
de la luz en mi corazón.
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